|| La Tercer Historia ||

En un presente muy lejano el hecho más espectacular de todos los tiempo se revela...

Dentro de un mundo donde todas las personas ya conocen que la única verdad es el Arte, lo han incorporado plenamente a su ser y que el objetivo de la humanidad es la estabilidad de la vida en el mundo real por medio de un "placer sustentable", entonces comienza la tercer historia. Ese momento marcó la tercera vez en la que la historia tenía un corte, un antes y un después, en donde "el antes" no necesariamente debía existir para comprender el presente. Esto ya había pasado en la revolución neolítica (donde el hombre aprendió a crear sus herramientas de trabajo) y en la revolución de la moral científica (donde el hombre se decidió en su conjunto a organizarse para producir energía de manera sustentable).
Ahora los hombres renacidos, con la sola "naturaleza" de mantener la perfección, eran felices sin ningún tipo de depresión o de exaltación, no necesitaban del miedo para ser valientes, no necesitaban de la competencia para ser exitosos, y sobre todo, no necesitaban de la infelicidad para ser felices.
El arte reemplazó toda teoría filosófica, el arte era la ciencia dominante y cúlmine de la realidad, era la metafísica y era la teología. Los hombres por medio del arte vieron la fuente más grande e inagotable de energía. Esto solo fue posible gracias al gran intelecto adquirido durante las épocas pasadas, un pasado en donde la verdad era la competencia por la superioridad aparente de los hombres, donde esta superioridad se obtenía buscando, por medio de cualquier recurso, una forma de "ganarle" a su prójimo (el a veces llamado "poder"). En ese pasado naturaleza nos había hecho competir inconscientemente por nada, nos había hecho creer que al final había algo, y nuestra inteligencia gracias a esto se vio ejercitada necesariamente para llegar a la época del arte.
En cambio ahora el hombre conoce perfectamente su "inconsciente", y acepta su humanidad para superarla. Al fín es libre, y ni siquiera tiene que exaltarse por ello, ya que es tan común como el "idioma" en las naciones precientíficas. (Naciones: conjunto de personas que en la primer historia compartían pensamientos en común, ya sean estos medianamente reales o creados por la propia comunidad para y por el placer que les generaba compartir pensamientos)
El arte vino a significar la superación de las ilusiones. Ya la naturaleza, el instinto y el inconsciente no eran parte de nosotros, estaban bajo control para luego desaparecer. Sin estas barreras el hombre comenzó de cero; ya no había un objetivo creado por el hombre, ahora el objetivo debía ser real, y ese objetivo era el ya nombrado: el sustento de la felicidad real.
Muy diferentemente a la segunda historia, ahora el hombre y la mujer eran personas totalmente capaces, no necesitaba ningún tipo de institución para sobrevivir y eliminaron todos los estereotipos que simplificaban la vida. Su inteligencia ya no tendía a simplificar las cosas, y en esto podemos dilucidar un atributo muy importante de la nueva conciencia: "la complejidad ya no vino a condicionar a la verdad". La complejidad era algo nefasto para los mundos anteriores, ya que el hombre no disponía de las herramientas necesarias para comprender el mundo, y no solo de herramientas artificiales: el hombre preartistico no tenía la capacidad intelectual para encontrar la realidad por más que pudiese haber dispuesto de todas las herramientas "tecnológicas" del mundo libre. Repitiendo, el hombre necesitaba desarrollarse, y encontró en el mundo de la primera y segunda historia "justificadas razones irreales" para ejercitar su "conciencia".

El hombre ahora no estaba sujeto a su "humanidad" (pasiones, sentimientos arbitrarios, necesidad de progreso), ni a sus incapacidades intelectuales (la tendencia a crear sistemas de simplificación de la verdad), ni a sus recursos naturales (obtención de energía). Solamente quedaban aquellas cosas que el hombre necesitaba para ser infinito: el placer verdadero y universal de la verdad.
Su preocupación última había sido poder aprender a enseñar de una forma perfecta el arte del arte. Habiendo conseguido esto, ahora el hombre se dedica de forma indefinida a expresarse, sin competencia y sin necesidad de la superioridad de algo sobre algo. Esto es así porque el arte en un mundo de libertad tiende a ser algo infinito, y esto es así por una sola razón: es verdadero. Y por qué es verdadero? porque ha sido elegido por el hombre sin ningún tipo de condicionante, sin ningún tipo de ilusión, es decir en la libertad misma. El hombre en su plena libertad, adquirida como dijimos por la superación de la naturaleza, es un hombre perfecto, y su arte así logra alcanzar la perfección de las ideas, en donde estas representaban situaciones de placer interminables.
El hombre no necesia nunca más estar adherido a su vida "terrenal", por eso solo existió el mundo de las ideas. La actividad única del hombre consiste en disfrutar interminablemente del arte, es decir crearlo para contemplarlo, y al ser este siempre perfecto no existe un mayor o menor grado de arte, solamente existe extasiarse de él, tal y como los hombre en el pasado disfrutaban de las estrellas.
Así el hombre por fin ha llegado a ser lo que siempre soñó, ya es feliz verdaderamente.

En este presente lejano las historias no son como antes, puesto que cuando esta narración comenzó cualquiera hubiese creído que iba a suceder algo extraxo e impactante, en cambio en nuestra era lo más elocuente es lo infinito que puede durar nuestra felicidad y que , en contraste con ustedes, lo más "intenso" es saber que no necesitamos que algo "sobresalga".

Por lo cual, en un presente lejano... el mundo sostuvo un día más su perfección.

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